El 5 de abril de 2003, un año después de los hechos de abril de 2002, fue fundada la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNT). Este sindicato gremial, conformado por 56 federaciones nacionales y regionales, y 14 sindicatos nacionales, surgió como la opción cercana al entonces presidente, Hugo Chávez, para “contrarrestar” a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV).
16 años después, la UNT, también conocida como UNETE, ha cambiado de ideología política, denunciado las medidas económicas del gobierno de Nicolás Maduro, y reconocido al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela. De hecho, se sumaron a la marcha convocada por Guaidó para el 1 de mayo de 2019. “Desde la central sindical UNETE convocamos este 1 de mayo al pueblo trabajador venezolano a marchar por el cese de la usurpación y de manera contundente abrir las compuertas hacia la recuperación de nuestra democracia de la mano del presidente (E), Juan Guaidó”, se puede leer en la cuenta oficial de la red social Twitter.
Los primeros roces con el gobierno nacional iniciaron en 2011, cuando la UNT comenzó a criticar las gerencias de las empresas básicas de Guayana, cuyas administraciones estaban caracterizadas por reclamos laborales y producciones bajas. Asimismo, el gremio rechazó el arresto del secretario general del sindicato Sintraferrominera, Rubén González.
Dos años después, en abril de 2013, cuando Nicolás Maduro ocupaba la presidencia de la República, la UNT solicitó la abolición de la Ley Orgánica del Trabajo (LOTTT) y expresó a través de un comunicado: “Están tratando de presionar a los trabajadores conjuntamente con el CNE, los tribunales laborales, la Fiscalía, el Ministerio Público, la Defensoría, y eso no lo podemos permitir”. Asimismo, el gremio denunció la paralización de las empresas de cemento.
La ruptura definitiva ocurrió en 2015, un año marcado por la escasez de alimentos de la cesta básica y las interminables colas en los supermercados para obtener víveres a precios regulados. En este escenario, la UNT pidió al Ejecutivo tomar medidas de emergencia que resolvieran la crisis, y rechazó las declaraciones de voceros oficiales del gobierno que negaban la problemática.
En julio de ese año, Julio Polanco, presidente de la Federación Unitaria de Sindicatos Bolivarianos del estado Carabobo y coordinador de la UNT, denunció que desde que el gobierno creó el Registro Nacional de Organizaciones Sindicales (Renos), «solo se han legalizado ocho sindicatos en el estado Carabobo cuando hay más de 100 sindicatos a la espera por año», según reseñó Informe21.com.
Quién es quién es la fuerza sindical venezolana. Encuentra en PoderopediaVe los perfiles de la Central bolivariana socialista de Trabajadores (Cbst), la Federación Unitaria de Trabajadores petroleros (Futpv), el Sindicato Único de trabajadores de la industria siderúrgica y sus similares (Sutiss), el Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos (Sunep), el Sindicato de trabajadores petroleros y gasíferos del estado Falcón, la Federación Bolivariana de Trabajadores del Sector Transporte, el Sindicato único de trabajadores del Transporte, el Sindicato nacional de transporte público y la Federación de asociaciones de profesores universitarios de Venezuela Fapuv.
Aumentos salariales del chavismo dejan en rojo a trabajadores venezolanos
Desde que el chavismo se instaló en el poder en Venezuela ha decretado 47 aumentos salariales en el país. De estos, 21 incrementos se hicieron durante el gobierno de Hugo Chávez y 26 ajustes durante el mandato de Nicolás Maduro. El más reciente ajuste salarial realizado en la nación quedó establecido en el Decreto Nº 3.829 que fue publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 6.452, de fecha 25 de abril de 2019. La decisión fijó el salario mínimo en 40 mil soberanos a partir del 16 de abril de 2019.
Sueldos con Maduro. Nicolás Maduro llega a la presidencia de Venezuela en abril de 2013 y con él los reiterados incrementos salariales. Un mes después, en mayo de 2013, el sueldo fue fijado en 2.457 bolívares fuertes. En septiembre de ese año, llegó a 2.702, 72 bolívares fuertes y para noviembre de 2013 es vuelto a incrementar a 2.973 bolívares fuertes.
La situación no cambió mucho para 2014 y bajo una supuesta filosofía de “protección a la clase obrera”, cuyo telón de fondo real era una alta inflación, Maduro dictaminó tres aumentos salariales a lo largo de este año. El primero en enero de 2014, cuando el sueldo subió a 3.270 bolívares. El segundo en mayo de ese año, cuando fue elevada la cifra a 4.251 bolívares; y el último en diciembre de 2014, mes en que el salario alcanzó el monto de 4.889, 11 bolívares fuertes.
Cuatro alzas anuales. En 2015, los efectos de la crisis económica que sufre Venezuela eran ya muy notorios. Según cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), en ese año la inflación se aceleró un 180,9% y el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en un 5,7%. Ante este escenario nacional, el Gobierno de Maduro ve en los aumentos salariales una forma de palear la situación. Cuatro incrementos de sueldos, una cifra record hasta entonces, son decretados en 2015.
En febrero de 2015, el salario fue elevado a la suma de 5.622, 48 bolívares. En mayo de ese año, a 6.746, 98 bolívares. Dos meses más tarde, en julio de 2015, el sueldo alcanza la suma de 7.421, 68 bolívares; y en noviembre de 2015, la cifra por concepto de salario mínimo ascendió a 9.648, 18 bolívares. Un dato importante es que entre principios y finales de año, el salario aumentó poco más de 4 mil bolívares fuertes, es decir, se duplicó ante la pérdida del poder adquisitivo que sufrían los venezolanos.
El integral se pone de moda. En materia salarial, el Gobierno de Maduro popularizó en 2016 el establecimiento del salario integral. Este no sólo contemplaba el sueldo mínimo, sino también el beneficio del ticket de alimentación. Según declaraciones del Jefe de Estado, “era una forma de palear los gastos de la gente, cuyo principal rubro de consumo eran los alimentos”. Y los precios de los alimentos eran de los más afectados por el espiral inflacionario.
Asimismo, 2016 se caracterizó por ser un año en el que los sucesivos incrementos del sueldo mínimo eran superados por el alza del beneficio de alimentación. En marzo de 2016, el salario fue aumentado a 11.578 bolívares fuertes y el ticket de alimentación a 13.275 bolívares. Esto dejaba al denominado salario mínimo integral en 24.853 bolívares fuertes.
La fórmula se repitió a lo largo de 2016. Para mayo, el sueldo mínimo aumentó a 15.051,15 bolívares, mientras que la cesta ticket a 18.585 bolívares (el salario integral quedó igual a 33.636,15 bolívares). En septiembre, el salario mínimo fue incrementado a 22.576,00 bolívares, mientras que la cesta ticket a 42.480 bolívares (el salario integral se ubicó en 65.056 bolívares). Finalmente, en noviembre de 2016 el sueldo mínimo aumenta a 27.091 bolívares, mientras que la cesta ticket llega a 63.720 bolívares (el salario integral es fijado en 90.700 bolívares).
Récords en aumentos. Cinco veces fue incrementado el sueldo por el Gobierno de Maduro en 2017. Este número de aumentos salariales en un mismo año es récord en la historia venezolana. Sin embargo, más allá de ser considerado como una medida positiva o eficaz, la opinión pública nacional veía con resquemor los ajustes por considerar que contribuían más a la inflación que a la mejora de su poder adquisitivo.
Las alzas iniciaron en mayo de 2017, cuando el sueldo mínimo se sitúo en 65.021 bolívares, mientras que la cesta ticket aumentó a 135 mil bolívares (el salario integral quedó en 200.021 bolívares). En julio de 2017, el Gobierno venezolano decretó que el salario mínimo pasaba a 97.531 bolívares, mientras que la cesta ticket aumentó a 153 mil bolívares (el salario integral llegó a 250.531 bolívares).
Bolívar se vuelve “soberano”. 2018 siguió con la impronta de incrementos salariales de 2017. Cinco nuevos aumentos también se decretaron durante este año. En marzo, el salario mínimo pasó a 392.546 bolívares, mientras que la cesta ticket aumentó a 915.000 bolívares (el ingreso integral se ubicó en 1.307.546 bolívares fuertes).
En diciembre de 2018, el salario mínimo fue ubicado en 4.500 bolívares soberanos, mientras que la cesta ticket quedó en 180 bolívares soberanos (el ingreso integral se sitúo en 4.680 bolívares soberanos. El 2019 también comenzó con aumento salarial. En enero de 2019, se fija el sueldo en 18 mil bolívares soberanos.
Encuentra el perfil completo del salario mínimo en Venezuela aquí.
Según un estudio realizado por Transparencia Venezuela con base en las Gacetas Oficiales digitalizadas por Vendata, el Estado Venezolano es propietario de 576 empresas, y desde el año 2000 expropió y confiscó 441. Todas se encuentran quebradas, a pesar de que es el mismo Estado el que pone las reglas del juego, controla los precios y las divisas, un contexto de control cambiario que nació en el 2003, dos años después de que asumiera la presidencia Hugo Chávez.
El resultado ha sido invariablemente un sistema de empresas en bancarrota. Es por eso que Poderopedia Venezuela, a través del periodismo asistido por computadora (PAC), y tomando como fuente documental la investigación realizada por Transparencia Venezuela y Vendata, construyó una serie de perfiles de compañías del Estado que en estos años de chavismo han traído destrucción donde antes hubo prosperidad, bajo el título “20 empresas 20 ruinas” : Lácteos Los Andes, Alcasa, Conferry, Pdvsa, Agropatria, Industrias Diana, Fama de América, Sidor, Corpoelec, Abastos Bicentenario, Clorox, Smurfit Kappa, Bolipuertos, Famapatria, Mercal, Agrofanb, Kimberly Clark, Sivensa, Pdval e Hidrofalcón.
El panorama se oscurece cuando se constata que estas empresas tocan temas sensibles. La gran mayoría se dedican -o dedicaban- a algunos rubros relevantes como el agroalimentario o los servicios públicos, incapaces de atender las demandas más básicas de los ciudadanos.