El presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, juramentó este 10 de enero de 2019 al gobernante, Nicolás Maduro, para un segundo período gubernamental. El acto se llevó a cabo sin el consentimiento de la Asamblea Nacional (AN), y con la desaprobación de 13 de los 14 países que conforman el Grupo de Lima, la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, quienes no reconocen al gobierno de Maduro, tras haber sido electo en unos cuestionados comicios en los que no participaron todos los sectores políticos del país, los principales líderes de la oposición se encontraban inhabilitados y no hubo observadores internacionales. La juramentación contó con la presencia de los mandatarios de sólo cinco países: Evo Morales, de Bolivia, Miguel Díaz Canel, de Cuba, Salvador Sánchez, de El Salvador y Anatoli Bibílov, de Osetia del Sur.
Moreno preside el TSJ desde febrero de 2017. Sin embargo, una década antes de convertirse en la máxima autoridad de la justicia venezolana, cuando se desempeñaba como juez de la sala Nro. 7 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, fue destituido por la Comisión de Reestructuración Judicial, por tomar una decisión que contravino un amparo que esperaba decisión en el TSJ por el caso del asesinato de la abogada Consuelo Ramírez Brandt: dejó en libertad a los acusados de homicidio. Tras ser destituido, el entonces canciller del gobierno de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, lo designó como funcionario diplomático en la embajada de Venezuela en Roma y, posteriormente, consejero de la Embajada de Venezuela en la República de Trinidad y Tobago hasta 2010.
12 años después de aquella designación, en un escenario de crisis económica, política y social, y ante una comunidad internacional que no lo reconoce como mandatario, Maikel Moreno le impuso la banda presidencial a Maduro.
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