Ante la ola de protestas que se apoderaron del país desde inicios de abril, Maduro decidió invocar el 1 de mayo, a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter «comunal, campesino, obrero y feminista» para destrabar el tablero político en el que se sumergió el país. En su discurso, el presidente no solo usó dichos apellidos para referirse a la Constituyente, sino que omitió la palabra «universal» al decir que los diputados que integren dicha Asamblea debían de ser electos mediante voto «directo y secreto». En medio de presiones de la oposición y de la comunidad internacional para realizar elecciones justas en el país, y con el contexto del proceso de la renovación de partidos políticos todavía en marcha en el CNE, la convocatoria hecha por Maduro agrega mayor incertidumbre en torno a unos posibles comicios y las organizaciones que participarán en ellos.