Fue considerada una heroína para el chavismo por su participación en la recuperación del sistema informático de Pdvsa, cuando personal de la principal compañía del país paralizó sus labores en 2002 a modo de protesta contra el Gobierno nacional. Y eso fue su catapulta política: en 2007 la nombraron presidenta de la recién nacionalizada Compañía Anónima de Teléfonos de Venezuela (Cantv), cargo que la convirtió -según el ranking de la revista América Economía- en la tercera mujer más poderosa de Latinoamérica. Dos años después, asumió el Ministerio de Telecomunicaciones e Informática. Su historial junto al partido de gobierno genera dudas para la oposición venezolana sobre su imparcialidad ahora como rectora del Consejo Nacional Electoral. Desde 2009 -año en que fue designada en el cargo- la Asociación Civil Súmate solicita su revocatoria por irregularidades en su postulación.