Desde hace 27 años, la Federación Venezolana de Fútbol, se rige por un mismo esquema y un mismo hombre. Rafael Esquivel arribó a la presidencia de la federación en 1987 y desde entonces, los negocios y las fórmulas que aplica para concretar sus objetivos lo revelan como un hombre astuto. Durante su gestión, destacan el apoyo que recibe de las asociaciones estatales; la construcción del Centro Nacional de Alto Rendimiento, uno de los complejos deportivos más grande del país, que tardó casi 13 años en edificarse; y la buena relación que mantuvo con el entrenador que llevó a la selección nacional a uno de sus mejores momentos, César Farías. Sus acciones lo describen como un hombre inteligente, sus detractores, entre los cuales se cuentan dirigentes, fanáticos del deporte y hasta políticos, lo critican por su permanencia en el cargo y por hacer del fútbol «negocios personales».