Gianfranco Rondón y Gianfranco Napolitano, ambos empresarios venezolanos y con vínculos en Florida, los dos contratistas del gobierno chavista en diferentes momentos, se enfrentan hoy a una escaramuza judicial que incluye denuncias de difamación y extorsión y que salpica, además, a la periodista Patricia Poleo. Antes de esto, ambos Gianfranco fueron amigos y lo evidenció hasta hace menos de un mes una fotografía que Rondón tenía en su cuenta privada de Instagram. Napolitano es un empresario que fundó el Diario de Yaracuy en 2007 y adquirió la cadena Rumbera Network poco antes de verse salpicado por la suerte que sufrió su principal socio, el exgobernador Carlos Giménez. Tras salir afectado por su cercanía al gobernante defenestrado, se radicó en Estados Unidos, donde preside Doral TV asociado a Doral News, un medio que hasta hace poco gozaba de los halagos de Gianfranco Rondón. Este último tiene menos de 40 años y una vasta fortuna que incluye una clínica, una productora y la construcción de un hotel en Miami. Hoy los paisanos son enemigos, sobre todo desde que el Doral News publicara una nota en la que aseguraba que desde Washington investigaban la procedencia de la fortuna de Rondón. Patricia Poleo se hizo eco de las denuncias y hoy tiene en su contra una demanda. El domingo 17 de mayo, Rondón, propietario del diario El Metropolitano de Anzoátegui, publicó en este medio y en Últimas Noticias, una página en la cual se desvincula de cualquier parentesco con Diosdado Cabello Rondón. También defiende su honestidad y acusa a Napolitano y Poleo de dirigir una campaña en su contra.
