Los nombres de funcionarios públicos vinculados a las contrataciones de la compañía privada Derwick Associates en obras eléctricas están en el tapete por investigaciones internacionales sobre presunto lavado de dinero y sobornos. Derwick y sus directivos, por su parte, aún figuran como contratistas del Estado venezolano pese a las irregularidades -retrasos, sobreprecio, triangulación- en la ejecución de las obras asignadas a esa empresa, de forma directa, en el marco de la emergencia eléctrica. Alejandro Betancourt y Pedro Trebbau, contaron con información privilegiada sobre la crisis eléctrica antes del decreto presidencial y recibieron un contrato de infraestructura eléctrica aún antes de que la empresa estuviese inscrita en el país. Con otras sedes en Panamá, Barbados, España y Estados Unidos, Derwick ha sido calificada como el negocio de los «bolichicos» -término acuñado para referir a jóvenes enriquecidos a partir de sus relaciones con la gestión chavista- y desde 2014 se conoce que es investigada por la justicia estadounidense.