Arcadio Delgado

En menos de 20 días la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia disminuyó el poder supervisor y contralor de la Asamblea Nacional. Bastaron dos sentencias para que el Poder Judicial limitara al Legislativo. En la última decisión, una figura resaltó: la del magistrado Arcadio Delgado Rosales, vicepresidente de esa instancia y ponente de la decisión que dejó al Parlamento inhabilitado de algunas de sus funciones.

El 11 de febrero de 2016, el máximo órgano del Poder Judicial dictaminó que el Decreto de Emergencia Económica, dictado por el presidente Nicolás Maduro, seguía vigente pese al veto aplicado por la mayoría de 109 diputados de la oposición en el Parlamento. De acuerdo con el documento que contiene ese dictamen, en esta ocasión no hubo ponente. Sin embargo, el nombre de Delgado Rosales apareció junto al de la presidenta de la sala y del TSJ , Gladys Gutiérrez, y de los magistrados Carmen Zuleta de Merchán, Luis Fernández Damiani Bustillos, Carlixto Ortega, Juan José Mendoza y Lourdes Suárez Anderson

Tan sólo 19 días más tarde, el 1° de marzo, horas antes de que se conociera la primera presentación pública del informe del diputado Carlos Berrizbeitia sobre la designación express de 13 magistrados principales y 21 suplentes en diciembre de 2015, la Sala Constitucional quitó a los diputados la posibilidad de controlar al Poder Judicial, Poder Ciudadano, Poder Electoral y a la Fuerza Armada Nacional, e incluso estableció que los parlamentarios deben coordinar con la Vicepresidencia de la República la comparecencia de ministros en la Asamblea Nacional y que éstos pueden enviar sus respuestas por escrito.

Esa vez, Delgado Rosales fue el ponente de una sentencia que recibió críticas de diversos sectores, tanto de la oposición como de constitucionalistas y exmagistrados.  Pero, ¿quién es el magistrado? ¿Cuál es la trayectoria y relaciones de redactor de la decisión N° 9?

UNA FAMILIA MILITANTE DE LA HEGEMONÍA CHAVISTA

Arcadio Rosales nació el 23 de septiembre de 1954 en Maracaibo, estado Zulia. Su padre, José Manuel Delgado Ocando, fue rector de la Universidad del Zulia (1968-1972) y magistrado de la Sala Constitucional del TSJ (1999-2004). falleció en 2014.

Su hermano, Francisco Delgado Rosales, reconocido criminólogo egresado de LUZ, ejerció diversos cargos en la administración pública regional durante las gestiones de Lolita Aniyar de Castro en la Gobernación del Zulia (1993-1995) y de Giancarlo Di Martino en la Alcaldía de Maracaibo (2000-2008). Murió tras ser arrollado en una calle de Maracaibo en enero de 2014, tiempo antes del fallecimiento del ex rector de LUZ.

El vicepresidente de la Sala Constitucional es también hermano de la periodista, docente  y cantante Yolanda Delgado Rosales, y primo de la directora del Diario Panorama de Maracaibo, Marinés Delgado Marcucci. Miembros de la familia Delgado militaron o simpatizaron con el Partido Comunista de Venezuela (PCV).

El patriarca de los Delgado Rosales fue reconocido como uno de los grandes filósofos del Derecho en América Latina, pero también se le presenta como uno de los juristas inspiradores “de este proceso revolucionario» -en alusión al gobierno del chavismo-, según la opinión de Ramón Escovar León, publicada en un artículo del 24 de septiembre de 2015 en diario El Nacional. Al referirse a Delgado Ocando, dice que el ex rector de LUZ “expuso que ‘ética de la revolución significa en este contexto que el Estado debe ajustarse al programa de la nueva hegemonía’, lo cual, trasladado a la época que comienza en 1999, se refiere a la hegemonía chavista. Es de destacar que sea Delgado Ocando quien haya expuesto este asunto cuando era magistrado de la Sala Constitucional, porque fue el ideólogo de las primeras decisiones de esa instancia que consolidaron el chavismo. En su discurso de inauguración del año judicial en 2001 expuso que la interpretación constitucional debía estar al servicio del proyecto político revolucionario.

El actual magistrado siempre estuvo muy cerca de su padre no sólo en el contexto familiar, sino que también profesional. Estudió Derecho en la Universidad del Zulia, de donde egresó en 1977. Aunque su primera experiencia laboral en tribunales se remonta a 1978, cuando comenzó a trabajar como asistente en juzgado civil, mercantil, de tránsito y del trabajo, su verdadero desarrollo se dio en la academia.

En 1981 inició su trayectoria académica como docente e investigador del Instituto de Filosofía del Derecho José Manuel Delgado Ocando, actividad que compartió con asesorías a instituciones y organizaciones en el Zulia.

EL HIJO DEL MAGISTRADO

De acuerdo con el currículo del magistrado colgado en la página web del TSJ, Delgado Rosales  laboró entre 1999 y 2005 como asesor de la Sala Constitucional del TSJ, precisamente en el mismo periodo en que su padre ocupó una silla en ese órgano del máximo tribunal del país.

En 2004 fue incorporado como magistrado suplente de la Sala Constitucional del TSJ. Pero en 2005 y 2006 ocupó la titularidad para suplir las faltas absolutas de Antonio García García y Luis Velásquez Alvaray, respectivamente.

En 2008 fue designado director general de la Escuela Nacional de la Magistratura, donde dictó las cátedras de Control Constitucional y Principio y Valores.

Pasaron 11 años desde su inicio como asesor en el TSJ hasta su designación oficial como magistrado titular de la Sala Constitucional. En diciembre de 2010, la entonces saliente Asamblea Nacional, con mayoría absoluta chavista, le dio el cargo.

En marzo de 2015, pese que para ese momento ya era magistrado titular del TSJ, egresó de la nómina de LUZ, de acuerdo con el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.

EL DISCURSO Y SUS CITAS

En 2012 le correspondió dar el discurso de apertura del año judicial, al igual que lo hizo su padre 11 años antes. Entonces aseguró que la construcción del socialismo en el país no choca con la Constitución de la República, con lo cual su opinión guarda similitud a la de su progenitor. Citó entonces al ideólogo del nazismo, el pensador alemán Carl Schmitt y, por supuesto, a Delgado Ocando.

En una crítica a esa pieza oratoria, la periodista Milagros Socorro escribió: «A (Asdrúbal) Aguiar, la perorata de Delgado, “suerte de tienda intelectual por departamentos en la que todo cabe”, le da risa. “En una rápida lectura”, me dijo tras enviarle una transcripción del discurso. “aprecio que quien lo redacta reunió informaciones parciales en Internet, pero no logra ordenar ni digerir ni fijar contextos a los autores a quienes alude. Y muestra una ignorancia ramplona sobre la historia, a pesar de que intenta usar ésta como el dominante que ata al Derecho y la política. No existe para él, siquiera, el deber ser o la idea metapolítica de la perfectibilidad del ser humano. En fin, un verdadero pasticho”.

Entre los diversos autores citados por Delgado destacan dos: Carl Schmitt, quizá la principal referencia del discurso, y su propio padre, José Manuel Delgado Ocando. A la obra de Schmitt se debe la arquitectura del Estado fascista totalitario: su doctrina es reconocida como uno de los basamentos ideológicos sobre los que se fundó el nacionalsocialismo, que adhirió en 1933. El ‘realismo jurídico’ de Carl Schmitt fue la teoría político-jurídica que justificó el ejercicio de poderes ilimitados por parte del Tercer Reich; y es, por tanto, incompatible con los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho. La visión política de Schmitt niega el pluralismo, los acuerdos, la convivencia: sólo vale derrotar al enemigo y someterlo. No hay protección a las minorías políticas, étnicas, sociales; y no existe el Tribunal Constitucional para controlar judicialmente al Gobierno y al Legislativo. Por su parte, el ex magistrado Delgado Ocando considera a la democracia “cursi” o “kitch”.

Según Luis Alfonso Herrera Orellana, abogado summa cum laude y licenciado en Filosofía por la UCV, “lo que hizo Delgado Rosales fue repetir las ideas de su padre, verdadero cultivador de las afirmaciones manifestadas por el servil orador, y quien es un conocido defensor del comunismo, de la dictadura de los Castro y de la abolición de los derechos humanos ‘por ser una ideología de la hegemonía burguesa globalizante’”.

SENTENCIA Nº9

En diciembre de ese mismo 2012, fue el encargado de redactar el dictamen que generó la salida de siete miembros del TSJ, quienes habían cumplido el lapso de 12 años en el cargo de magistrado, entre ellos la jueza Blanca Rosa Mármol de León.

En 2016, su ponencia publicada el 1° de marzo generó la reacción de la mayoría opositora en la Asamblea Nacional. El presidente del parlamento, Henry Ramos Allup, calificó al TSJ como “una agencia de un régimen que se está derritiendo». Aseguró que esta decisión no impediría que la AN continuara investigando y legislando para todos los venezolanos.

El constitucionalista Perkins Rocha opinó que la sentencia N° 9 debía ser calificada como “inexistente” y “nula”, al no cumplir con la mayoría absoluta exigida en la ley y el reglamento que rige al Poder Judicial.

Con su decisión, Delgado Rosales limita la labor contralora del Parlamento frente al Poder Judicial, y protege así de una posible destitución a tres de los magistrados que lo acompañan en la sala: el ex diputado y ex embajador chavista Calixto Ortega,  la hermana de Danilo Anderson -fallecido fiscal-, Lourdes Suárez Anderson y Luis Damiani Bustillos, ex viceministro de Educación Superior.

Su nombre figura entre los funcionarios y empresarios, relacionados con el gobierno de Maduro, sancionados por el TIAR el 3 de diciembre de 2019. Las sanciones incluyen la congelación de cuentas y la prohibición de ingresar a territorio de los países miembros del Tratado.