Gustavo Díaz Vivas

Es el hombre que acompaña, unos pasos atrás, a Pedro Carmona Estanga, entonces presidente de Fedecámaras, en la foto del momento en que se juramenta a sí mismo como presidente de Venezuela en abril de 2002. Era el subjefe de la Casa Militar durante aquel golpe de Estado. "Nunca entendió bien qué hacía allí y sólo recuerda al oficial superior que le dio la orden de colocarse en el lugar que finalmente sería su plataforma de lanzamiento hacia el exilio", publicó la periodista, también exiliada, Patricia Poleo, en agosto de 2008, en el diario El Nuevo País, donde asegura, con escritura poética, que ambos -reconocidos disidentes de la administración gubernamental chavista- se aún se preguntan: "¿Cuándo saldremos de esto?".

 

Gustavo Alberto Díaz Vivas contaba con antecedentes militares: su padre, el contralmirante Manuel Díaz Ugueto, fue jefe de la escolta presidencial durante la primera presidencia de Rafael Caldera. Un par de décadas después, Díaz Vivas -Coronel del Ejército, egresado de la Academia Militar de Venezuela en la promoción "José Félix Blanco" de 1979- seguiría sus pasos como el escolta del presidente con el gobierno más breve de la historia nacional.

 

El texto de Poleo presenta un recuento de su trayectoria como disidente político: no sólo formó parte del grupo de oficiales de alto rango que tomó la plaza Altamira entre octubre de 2002 y febrero de 2003 en contra del gobierno de Chávez, sino que además estuvo relacionado con el paro petrolero de diciembre de 2002 a mayo de 2003, a modo, también, de protesta política.

 

Derrotados estos movimientos opositores, Díaz Vivas laboró en varias empresas privadas hasta 2005. Ese año, mientras trabajaba como gerente de la automotriz Nissan en Valencia, estado Carabobo, sufrió un atentado contra su vida: su vehículo -una camioneta Nissan Zentra color vino tinto, placa ADW66C- estalló en un estacionamiento de la avenida Andrés Bello de Caracas, cerca de su oficina. El artefacto explosivo estaba debajo del auto y no fue el único en detonar aquel día en la capital: minutos antes había explotado un niple en el sector El Bosque de Caracas. "Si guardan relación o no, eso lo veremos en las investigaciones, pero lo que sí puedo decirle es que son totalmente diferentes los explosivos que se usaron en ambos sitios", fueron las declaraciones del entonces del comisario Raúl Yépez, del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.

 

Ese año, el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, denunció actos conspirativos, presuntamente promovidos por oficiales retirados, dirigentes políticos y banqueros, para desestabilizar los comicios parlamentarios de entonces. "Se trata de un combo golpista y terrorista que busca socavar la democracia", afirmó, e incluyó a Díaz Vivas entre los presuntos responsables. Desestimó la versiones que apuntaban a que el coronel se encontraba fuera del país. "Eso es completamente falso, él (Díaz Vivas) entró clandestino y estuvo en Venezuela", dijo, aunque junio Díaz Vivas habría decidido, luego de atribuir el atentado explosivo a un plan en su contra de parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), viajar y residenciarse en Estados Unidos. Los entonces diputados Nicolás Maduro y Cilia Flores también lo señalaron como parte del complot contra el Gobierno nacional.

 

Disidencia desde el norte

 

Pidió asilo en Miami. “Hice la solicitud de asilo el 20 de julio de ese año, hice mi entrevista el 12 de agosto y ya el 6 de octubre tenía el asilo”, declaró en 2011. Un reportaje del portal Armando.info ofrece más detalles de su proceso: trabajó como exterminador de termitas mientras convencía a las autoridades de EEUU de que era un perseguido político. Hoy labora en un hipermercado ferretero a cambio de un sueldo de 12.86 dólares por hora.

 

Sobre su actividad como disidente político, sólo se conocía su membresía en el Frente Institucional Militar (FMI), conformado por oficiales retirados, que periódicamente emiten comunicados en contra del Gobierno nacional y llamados a la Fuerza Armada Nacional a manifestarse en contra de éste. Hasta que el 16 de agosto de 2015 una investigación periodística de Armando.info, El Pitazo y Poderopedia lo sacó del anonimato como creador de la cuenta de Twitter DolarToday para informar sobre la cotización de la divisa estadounidense en territorio venezolano, a partir del precio del dólar en Cúcuta. La cuenta, creada en marzo de 2010, derivó luego, en 2012, en una página web con una postura opositora al Gobierno nacional. Sus socios: Iván Lozada Salas, un ex trabajador de la Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela (Cantv) y su primo, José Altuve Lozada, encargado del sistema de defensa del portal. El actor Orlando Urdaneta también formó parte de su equipo como editor en jefe.

 

"Díaz Vivas y sus socios reservaron el nombre a través de la empresa registradora de dominios Godaddy. DolarToday está vinculada con el servidor de Amazon que le permite migrar a otros servidores cada vez que son atacados desde Venezuela o cualquier parte del mundo o se les intenta bloquear", expone el reportaje de los periodistas Alfredo Meza y César Batiz.

 

Eligio Cedeño, Nelson Mezerhane, Humberto Gil, Ernesto Vasconcelos. Varios han sido los nombres que el gobierno y sus aliados han vinculado con DolarToday, en la búsqueda de quienes el presidente Nicolás Maduro califica como responsables de la guerra económica. “Juro que vamos a tener tras las rejas a todos los bandidos de Dólar Today que hacen guerra económica desde Miami", afirmó el mandatario en abril de 2015. Al mes siguiente, la directiva nacional del partido Patria Para Todos (PPT) denunció a Vasconcelos y Gil, radicados en Florida, como los administradores del sitio web. El reportaje de Armando.info y El Pitazo apunta a que ellos crearon otra empresa llamada DolarToday, en el marco de un plan para identificar a los auténticos dueños del portal digital, pero éstos se habrían dado cuenta de la estrategia y mudaron la compañía a Delaware, un paraíso fiscal estadounidense.

 

Díaz Vivas logró escapar de las pesquisas y bloqueos gubernamentes, mantenerse en el anonimato por cinco años y no desistir de su proyecto DolarToday, el famoso informante del precio de dólar en el mercado negro venezolano.