Gastón Guisandes

Gastón Alfredo Guisandes López vestía una camisa tan blanca como su cabello y su bigote. Leía su periódico, Qué Pasa, en una de las butacas del aeropuerto internacional La Chinita, en Maracaibo, cuando lo interrumpió una desconocida. La mujer, de unos cuarenta años y con léxico rebuscado y coloquial, le pedía presentar en su programa televisivo un problema vecinal del barrio Los Estanques, en Maracaibo. Guisandes, conductor y productor del programa Al Derecho y Al Revés –se transmite a través del canal regional Catatumbo tv-, se levantó y la escuchó un poco distraído. Luego le pidió su número telefónico a la vez que trataba de ser cordial con otro desconocido que lo saludaba afablemente.

Guisandes López esperaba el primer vuelo a Caracas, ciudad a donde presentó, en la Asamblea Nacional, el proyecto de ley de Comunicación Social; un texto que, apenas presentado en agosto de 2014, a los 15 días ya generaba críticas por parte del gremio periodístico local. El proponente, periodista y empresario dueño de un periódico de bajo tiraje y pobre diseño y presentación, no había sido noticia nacional desde 1988, cuando fue candidato a la presidencia de Venezuela por el partido Opina. Para entonces obtuvo el 0,15 por ciento de los votos.

Gastón Guisandes tiene 74 años. Además de ambicionar la silla presidencial, se postuló varias veces a la alcaldía de Maracaibo. En medio de la confrontación y la polarización, fue considerado una opción ambigua sin muchos vínculos entre el chavismo y la oposición. Ya antes, en la primera década de este milenio, fue el director del diario La Verdad, el único periódico abiertamente crítico al Gobierno en el estado Zulia y el segundo a nivel de lectoría regional. Poco después, en 2003, fundó el semanario Qué Pasa y en 2011 se convirtió en un periódico diario con sede en el sector El Tránsito.

Entre finales de los años 80 y principios de los 90, Guisandes también fue director del diario Crítica, un periódico ya desaparecido que solo circulaba en el estado Zulia. Algunos de sus extrabajadores, como el periodista Argenis Bravo, lo identifica como anticomunista. En una entrevista concedida al periodista Exequiades Chirinos, Bravo asegura que Guisandes incluso engañaba a los obreros para despedirlos sin pagar la indemnización correspondiente y que perseguía a todo aquel que tuviese un pensamiento izquierdista. 

Su credibilidad como periodista no es tan amplia y conocida como sus pasos en los partidos políticos. La línea editorial de Qué Pasa aventaja las actividades y obras de dirigentes regionales inscritos en el Partido Socialista Unido de Venezuela y en el Registro Nacional de Contratista aparecen sus contratos con Corpozulia desde 2009 por el pago de publicidad. Su credibilidad y la de su producto se rompen aún más cuando, al revisar los archivos del Tribunal Supremo de Justicia, se hallan dos denuncias en su contra por difamación e injuria. A través de su columna se dedicaba, en 2005, a criticar a dirigentes del Gobierno como el militar Castor Pérez Leal y el exfuncionario de Hidrolago, Danilo González Villasmil.

Proyecto

Unos años después de esas denuncias y con un cambio editorial visible, el periodista propuso el proyecto de Ley de Comunicación Social. Un  reportaje de Maru Morales publicado en el diario El Nacional el pasado 25 de agosto, explica que Gastón y la Asamblea obviaron algunos pasos necesarios para la recepción de proyectos y que pese a ello se introdujo y tomará en cuenta para una posible discusión.

La ley tiene 18 artículos y, entre otros, explica que su objeto es regir la comunicación por forma natural o académica. Este es punto es criticado, en el reportaje, por dirigentes como Tinedo Guía o Nikary González –presidente y vicepresidente del Colegio Nacional de Periodistas-, porque desprofesionaliza la labor. También propone el texto la creación de un Colegio Nacional de Comunicadores y una Comisión de Orden para censurar o expulsar a periodistas. Exigen, además, que los periodistas extranjeros solo tengan permiso de un año para ejercer en el país y que luego de eso se solicite una visa.

Las críticas y principales sospechan recaen en la posible penetración del Partido Socialista Unido de Venezuela en el texto. Los periodistas temen que se llegue a aprobar una ley que buscan legalizar la censura y promover el servilismo político, mientras que Guisandes sigue ofreciendo sueldos mínimos a los periodistas que escriben en el diario Qué Pasa.

En una entrevista publicada por el Correo del Orinoco el 14 de agosto de 2014, Guisandes explicó que su propuesta no tiene nada que ver con la Ley del Ejercicio del Periodista. Su texto busca, según sus palabras, amparar a los comunicadores que no son periodistas, como los trabajadores de las redes sociales y los locutores, entre otros.

“Dentro de esa circunstancia sin pretender para nada comentar, criticar, ya que yo no tengo que ocuparme de la Ley de Periodismo, que está en plena vigencia y tiene que ser respetada por todos los que son miembros del Colegio de Periodistas. Tratamos de impedir que el comunicador social se vea sometido a contingencias de ese tipo”, dijo entonces al periódico oficialista.

Desde el año pasado Guisandes tiene contactos con el Gobierno Nacional para proveer de papel a los miembros de la Cámara Venezolana de Periódicos Regionales. Como miembro de la directiva, fue el vínculo en el la editorial Maneiro y los diarios locales del país.