Omar Barboza

Su nombre fue el tercero en figurar en el cargo de presidente de la Asamblea Nacional (AN) en los tres años que lleva electo el parlamento con mayoría opositora. Su designación se produjo en un contexto complejo para el país y la oposición venezolana: en medio de una crisis económica, humanitaria y política que cada día parecía acentuarse más.

El 2017 dejó un saldo de más de una centena de muertos, por la cruda represión de los cuerpos de seguridad del Estado ante las protestas de calle en contra el gobierno de Nicolás Maduro; la imposición de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que, tras declaraciones de la empresa Smartmatic, fue señalada como fraudulenta por la oposición venezolana, y develó vicios dentro del Consejo Nacional Electoral (CNE); dos elecciones ganadas por el chavismo, según el mismo órgano electoral, y una profunda ruptura en el liderazgo de la coalición opositora. En medio de este álgido clima, Omar Barboza llega con un compromiso: reunificar a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

El 5 de enero de 2018 fue electo presidente de la AN, en sesión ordinaria, por la mayoría de los partidos de oposición, aunque con votos salvados, y la inasistencia de algunos diputados como su entonces compañera de la tolda azul, Delsa Solórzano. Pero la elección se produjo, previa reunión interna de su partido, donde otros diputados tenían aspiraciones: Sólorzano, Stalin González y Enrique Márquez.

Su designación fue cuestionada en un principio por la propia oposición por su cercanía con Manuel Rosales –señalado de presuntamente haber negociado su libertad con el gobierno de Maduro-.

Una experimentada trayectoria política

Omar Enrique Barboza Gutiérrez nació el 27 de julio de 1944 en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia.  Es abogado y economista egresado de la Universidad del Zulia (LUZ).

El político, de 73 años de edad, fue gobernador de su natal estado Zulia durante el periodo 1985-1989), por designación del entonces presidente Jaime Lusinchi (en esa época no se realizaban elecciones para escoger a los mandatarios regionales). Fue dirigente político del partido Acción Democrática (AD). Durante su gestión como gobernador enfrentó un suceso escabroso: la denuncia de los llamados “pozos de la muerte” –espacios que fungían como fosas comunes en los que cuerpos de seguridad del Estado arrojaban, presuntamente, a sus víctimas-.

En 1989, cuando se realizaron los primeros comicios regionales en Venezuela, Barboza se postuló nuevamente a la gobernación, pero perdió ante el dirigente de Copei, Oswaldo Álvarez Paz. Seis años después, su nombre vuelve a la palestra política para optar, una vez más, por el estado Zulia, pero resulta derrotado por el entonces militar, y posterior figura del chavismo, Francisco Arias Cárdenas.

Tres años después, en 1998, fue electo diputado del extinto Congreso de la República –hoy Asamblea Nacional- y se desempeñó como presidente de la Comisión permanente de finanzas de la Cámara de diputados.

En 1999 culminó su militancia en la tolda blanca y conformó, junto a Manuel Rosales y Pablo Pérez, el partido político opositor Un Nuevo Tiempo (UNT), del cual es presidente ejecutivo desde el 2007. Ese año, lideró la reestructuración del partido: pasar de un alcance regional a uno nacional. En 2008 suscribió un acuerdo para que UNT formara parte de la coalición política opositora  de  Unidad Nacional, y posteriormente, Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

En 2010 fue electo como diputado lista por el estado Zulia, y reelecto en las parlamentarias de diciembre de 2015.

El nuevo presidente de la AN

El experimentado político, de verbo más mesurado y parsimonioso que sus antecesores: Henry Ramos Allup (AD), y Julio Borges (PJ), se dirigió a Nicolás Maduro, en respuesta a sus descalificaciones al llamarlo “dinosaurio de la cuarta República”: “No he venido a un torneo de calificaciones, yo he venido a trabajar. Lo único que le deseo es que cuando llegue a mi edad pueda caminar por Venezuela con la frente en alto y el respeto de todos”, reseñó El Universal.

Para Barboza es el cambio profundo del modelo que hoy gobierna a Venezuela el propósito fundamental que “debemos perseguir para superar de manera definitiva la presente crisis y evitar que se pueda repetir en el futuro. La tarea es inmensa, reconstruir al país, restablecer la vigencia de Estado de Derecho, y crear las condiciones para que el modelo democrático que representamos les garantice a todos la oportunidad de progresar en libertad, impulsando el crecimiento con justicia social, teniendo a la educación como principal instrumento de cambio, y dándole prioridad a lo hecho en Venezuela”.

Asimismo, asentó que en lo social piensa promover con toda la fuerza posible una Alianza Nacional para la Solidaridad Humanitaria. “La idea central es estimular a toda la sociedad venezolana, con la participación de todos los entes privados y públicos que lo quieran hacer, a formar parte de una acción nacional concertada para concretar la solidaridad de todos con el pueblo venezolano que sufre como consecuencia de esta crisis. El próximo martes llevaré la discusión de este tema a la sesión plenaria que celebraremos. Creemos que todos los que podamos hacer algo, debemos ponernos la mano en el corazón para apoyar a los que hoy sufren, mientras sustituimos a este modelo generador de pobreza”, reseñó El Universal.