Jesús Chúo Torrealba

Iniciado en la política con una ideología de izquierda, quien desde el martes 23 de septiembre dirige la Mesa de la Unidad Democrática es un hombre que desde siempre ha estado vinculado con la política social en Venezuela. Es apodado “Chúo” como diminutivo de su primer nombre: Jesús, y nació en la zona popular de Caracas, Los Magallanes de Catia un 18 de mayo de 1958. Su padre era dirigente obrero y su madre era sindicalista del sector textil.

Según la Agencia Carabobeña de Noticias (ACN), con sólo 13 años de edad se inscribió en el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Allí se inició en la política, sin embargo su pasantía por el partido de izquierda más antiguo del país no duró mucho. Tres años más tarde, en 1974, se desligó de la organización. De esa experiencia, aseguró en una entrevista publicada en el Diario de Caracas y disponible en el portal Runrunes.com, comprendió algunas contradicciones del comunismo “había un contraste entre la prédica de libertad y la estructura tan rígida, tan negadora del individuo en lo comunista”.

Desde ese momento, se mantuvo en la política y en el activismo ciudadano. Es entonces cuando estudia y se gradúa de la profesión que, desde 2005 ejerce diariamente: el periodismo. Es profesor del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC) y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

El hombre del barrio

En 1996, “Chúo” funda Radar de los barrios, la asociación civil con la cual se creó una identidad en la opinión pública venezolana. Torrealba buscaba, a través de la organización que presidía, facilitar herramientas a los vecinos para que pudieran solucionar sus problemas. Su nombre comenzó a sonar en las poblaciones más deprimidas de Caracas. Su filosofía no es que un barrio es un desorden civil que se desprende del impulso anárquico por tener una vivienda, sino una solución habitacional que ni el Gobierno ni el sector privado se preocupó por saldar.

En 2004 ya “Chúo” estaba de lleno en la política. Fue vocero de la Coordinadora Democrática, un conglomerado de partidos políticos de oposición al gobierno de Hugo Chávez que nació de la idea de luchar juntos contra las políticas gubernamentales actuales. Ese grupo organizó el referendo revocatorio, que se perdió con más del 60 por ciento. Fue entonces cuando, como él mismo lo contó, “Chúo” se preguntó qué ocurría en el país, si el resultado electoral fue distinto al que arrojaban las encuestas. Entonces se dedicó a recorrer el país y conversar con las población más olvidadas de cada ciudad; escuchar las peticiones de sus vecinos y entender los motivos del apoyo a la Revolución Bolivariana. Luego entendió que la derrota ya estaba consumada incluso antes del proceso electoral.

Un año más tarde, en 2005, salió al aire El radar de los barrios, un programa radial que desde entonces se transmite por la señal de Radio Caracas Radio. Su objetivo fue siempre darles el micrófono a todos los líderes vecinales, muchos de ellos con necesidades de gritarles a los dirigentes políticos el fracaso social que significaba su gestión en algunos sectores de Caracas.

Más tarde, su calva y bigotes característicos tuvo un espacio en el canal Globovisión, y se mantuvo siempre la misma línea. Aunque transmitido a través de un canal enfrentado contra la administración socialista, El radar de los barrios se mantenía como la única ventana de esas zonas populares. Así Jesús Torrealba, pese a sus antecedentes políticos, penetró las zonas que siempre estuvieron vinculadas al chavismo.

En enero de 2013 el conductor del programa La Hojilla (que la transmitía Venezolana de Televisión), Mario Silva, aseguró que El Radar de los barrios recibía donaciones de National Endowment Democracy, una fundación radicada en Washington que se encarga de apoyar y preservar la democracia en los países latinoamericanos. Silva presentó el caso como si tratara de un delito y aseguró que Torrealba había recibido más de 40 mil dólares, basándose en un informe presentado por la Asamblea Nacional. En agosto de ese año, y después de una reunión, Torrealba aseguró que su programa saldría de la parrilla de programación de Globovisión. La decisión no resultó sorpresa alguna porque para entonces ya otros programas y periodistas habían dejado la planta después de su venta a supuestos empresarios ligados al Gobierno nacional.

Pese a ello, El radar de los barrios se mantiene en el espectro radial. Ya Torrealba no usa sus característicos bigotes y hasta la penúltima semana de septiembre se mantuvo en su proyecto vecinal. El 23 de septiembre de ese mes, el dirigente aceptó el cargo de secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, una alternativa política distinta al Partido Socialista Unido de Venezuela en la que se unen todos los partidos contrarios al Gobierno nacional. Los analistas políticos recibieron la noticia como un acierto, considerando a Torrealba como un dirigente que está lejos de la “oligarquía capitalista” y cerca de las zonas populares del país.

Como parte de su primer reto frente a la dirigencia opositora está el de presentarse a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015. De cara a estos comicios, y después de un arduo proceso de negociaciones que involucró la realización de primarias para escoger a parte de los candidatos, el 22 de julio de 2015, Torrealba anunció que la Unidad había llegado a un acuerdo para participar en los comicios con una tarjeta única.