Meditron C.A

Han transcurrido más de cuatro décadas desde la fundación de Meditrón C.A, una de las principales empresas privadas de importación, instalación, reparación y mantenimiento de equipos médicos -necesarios para procedimientos como radioterapias, y mastectomías en pacientes que padecen de cáncer- en Venezuela. Sin embargo, desde agosto de 2016, Meditrón, no ha podido realizar las labores de mantenimiento en hospitales como el Clínico Universitario, por la deuda de 15 millones de dólares que mantiene el Ministerio de Salud con la empresa Argentina Invap, luego de un convenio firmado en marzo de 2015.

El grupo Meditrón

El 7 de noviembre de 1972 el empresario de origen italiano, Vincenzo Orlando Casagrande, quien llegó a Venezuela en 1954, y durante 17 años se desempeñó en el área de los servicios técnicos a equipos médicos, fundó la compañía, Meditrón C.A. 22 años después, en 1990, la empresa que venía prestando 90% de sus servicios al Estado venezolano, cambió de presidente y de prioridades. Pasó a ser dirigida por el hijo de Orlando, el ingeniero eléctrico –egresado de la Universidad Metropolitana- Antonio Orlando Centrangolo, quien según el Registro Nacional de Contratistas (RNC), posee el 60% de las acciones.

En 1995 Meditrón prestaba sus servicios 50% al Estado, y 50% al sector privado. “Veía mucho riesgo depender del Estado”, afirmó Orlando, quien además preside la empresa Imágenes de Diagnóstico Avanzado (Idaca), y la Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorio y Afines (Avedem), en una entrevista publicada el 15 de septiembre de 2014 por el portal web Actualidad Laboral.

Meditrón ha hecho soporte técnico para instalaciones y reparaciones en Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Honduras y en las Islas del Caribe.

 

Una presencia necesaria en los hospitales

En los logros de la Memoria y Cuenta del año 2013, del Ministerio de Salud (Mpps), señalan que a través de la Fundación de Edificaciones y Equipamiento Hospitalario (Fundeeh) -creada en 2006, cuya misión es la “construcción, dotación y equipamiento de la planta física hospitalaria general especializada”- se establecieron cinco contratos con las empresas -tres firmados y en ejecución- Meditrón C.A, y Enthera Cardilma C.A. Con el fin de proporcionar mantenimiento preventivo y correctivo para los equipos de radioterapia, medicina nuclear y aires acondicionados, empleados en el tratamiento de los pacientes con diagnóstico de cáncer en cuello uterino, mama, osteosarcomas, pulmón, esófago, entre otros.

Según el contrato, a Meditrón le correspondían 17 hospitales, entre los que se encuentran: el Hospital Autónomo Universitario de Caracas, el Hospital Dr. Domingo Luciani , el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, el Hospital Universitario “Antonio María Pineda” de Barquisimeto, el Hospital Ruiz Páez del estado Bolívar, el Instituto Autónomo Universitario de los Andes en Mérida y el Hospital Alfredo VanGrieken de Falcón, además de una Unidad Terapéutica Oncológica.

 

La salud paralizada

 

En 2004 a través del convenio multilateral Venezuela-Argentina, promovido por los entonces presidentes Hugo Chávez por Venezuela, y Nestor Kirchner por Argentina, el Estado venezolano adquirió más de 50 equipos médicos, que incluían aceleradores lineales y unidades de cobalto –que emiten radiaciones para eliminar células malignas del cuerpo-, braquiterapias –que hacen el mismo trabajo en zonas donde se requiere mayor precisión-, y simuladores universales –para planificar las sesiones-, para habilitar 19 centros públicos de radioterapia.

La multinacional, con filial en Buenos Aires, Phillips actuó como vendedora, pese a que la empresa argentina Invap –que subcontrató a la empresa venezolana Meditrón para el mantenimiento de los equipos- es el proveedor principal de los aparatos, según el acuerdo.  Para el 2012 las garantías de los equipos habían caducado, siendo causantes de las fallas en las radioterapias, y perjudicando a los pacientes de una enfermedad que no se detiene.

En julio de 2013, la empresa argentina Invap le entregó al gobierno venezolano una nueva propuesta de contrato, con una vigencia de dos años y medio, y un costo de 90 millones de dólares. El acuerdo incluía trabajos de protección para el suministro eléctrico y el aire acondicionado en los hospitales: Central (Maracay), Pérez Carreño (Valencia), Universitario (Maracaibo), Van Grieken (Coro), Universitario (Caracas) y Luis Razetti (Caracas).

En marzo de 2015 un nuevo contrato fue firmado entre Invap y el gobierno venezolano para el mantenimiento preventivo de los equipos en los 19 centros hospitalarios de salud pública del país. Para octubre de ese año el acelerador lineal del Hospital Oncológico Miguel Pérez Carreño de Valencia -que atiende a un aproximado de 150 pacientes con cáncer de mama, provenientes de diferentes estados, que han visto interrumpido su tratamiento- estaba sin funcionamiento, debido a un trasformador eléctrico que estalló y lo dejó inoperativo

Desde inicios de 2017 el acelerador lineal del Clínico Universitario, en Caracas, permanece inoperativo por falta de mantenimiento preventivo, y requiere de una reparación en el cañón de electrones para garantizar la emisión de las radiaciones. Sin embargo, no ha podido ser reparado debido a una deuda de 15 millones de dólares que tiene el Ministerio de Salud, desde agosto de 2016, con la empresa argentina Invap, la cual le prohibió a Meditrón continuar con los mantenimientos de los equipos médicos hasta que la deuda sea cancelada.

 “Nosotros quisiéramos reparar el equipo, pero Invap nos dio la orden de suspender la reparación hasta tanto el Ministerio de Salud no le pague la deuda; pero, además, tampoco contamos con los repuestos para hacer el mantenimiento preventivo correctivo”, aseguró Antonio Orlando, el presidente de Meditrón, a El Pitazo en un reportaje publicado el 10 de marzo de 2017.